HISTORIA DE RUTA DEL VINO
Aunque la historia del vino en Chile es desde la época colonial, no es sino hasta un par de décadas atrás que la producción vitivinícola del país se hizo reconocida en el mundo, especialmente el cabernet sauvignon.
Se estima que las primeras plantaciones de vides en Chile fueron realizadas por los españoles en La Serena, IV región, en el año 1548. Las uvas fueron cosechadas en el año 1551 en el Valle de Elqui y el Valle de Limarí, ambos considerados un terreno ideal para este tipo de cultivo por las características del suelo, temperatura del aire e irrigación de agua por el río Elqui. También estas condiciones produjeron uvas muy dulces, que luego se utilizaron para la elaboración de aguardientes, más tarde conocidos como pisco.
Fue especialmente en la región de Coquimbo donde los cultivos de vino se desarrollaron de forma óptima, por su tipo de clima con inviernos lluviosos y veranos muy cálidos. El vino chileno llegó a ser tan famoso, que a principios del siglo XIX fue prohibido en Europa porque se consideraba que competía con los precios de los vinos producidos en España.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX el vino comenzó a considerarse como una fuente importante de ingresos de exportación y el francés Claudio Gay fue contratado para trabajar en mejorar los viñedos y evaluar su calidad científicamente.
Fue Silvestre Ochagavía, cerca de 1850, quien introdujo en Chile las cepas malbec, merlot, cabernet sauvignon, pinot, sauvignon blanc y riesling, por nombrar algunas. Esto motivó a otros empresarios como Luis Cousiño, José Tomás Urmeneta, Melchor Concha y Toro, por ejemplo, que fundaron sus propias viñas, comenzando una exitosa tradición vitivinícola que se mantiene hasta la actualidad. Por otro lado, Alberto Valdivieso se aventuró con la exportación de cepas blancas desde la región de Champagne en Francia como chardonnay y pinot noir, generando vino espumoso.
Otro hito importante fue la aparición de la plaga filoxera en 1863 en Francia, que se extendió por Europa, dañando gran parte de las cepas desarrolladas en ese continente, en Australia, en California y en África del Sur. Sin embargo, los viñedos chilenos se mantuvieron libres de la contaminación, lo que permitió utilizar sus cepas para la recuperación de la industria en el mundo.
El vino preferido de consumo popular en Chile son las cepas país, en variedades como la chicha; que corresponde a jugo de uvas fermentado; y el pipeño; vino sin procesar directamente desde la barrica. Desde la década de 1980 las empresas comenzaron a invertir en instalaciones con mayor tecnología y nuevas legislaciones, lo que comenzó a posicionar al país como un importante productor de vinos en el mercado internacional.
Es por eso que a mediados de los 90, en pleno auge de las empresas vitivinícolas, se comenzó a desarrollar la “Ruta del Vino”, para centralizar el turismo en torno al vino o enoturismo, ofreciendo excursiones, actividades y alojamiento; entre muchas otras alternativas.