También conocido como Willcamayu por los incas, el Valle de Urubamba es un territorio que se extiende a los pies de Los Andes y rodea a Cusco y fue de crucial importancia para el desarrollo agrícola, arquitectónico y cultural del imperio inca. Ubicado a 15 kilómetros al noreste de la ciudad de Cusco y a 2800 metros por sobre el nivel del mar, ofrece un clima templado e ideal para acostumbrarse a la altura del lugar antes de visitar Cusco y Machu Picchu.
El Valle Sagrado de los Incas posee suelos muy fértiles donde se cultivaban alimentos y además era parte fundamental en la cosmogonía de los incas, ya que consideraban que la energía del lugar estaba conectado a las constelaciones y las montañas. Es por esto que encontramos en sus alrededores gran cantidad de pueblos con templos ceremoniales, restos arqueológicos y otras estructuras.
Una de sus creencias era que el río Vilcanota, que cruza el valle, era un curso de agua sagrado, que correspondía a la Vía Láctea en la Tierra. Este es el mismo río Urubamba, que cambia de nombre mientras se adentra en la selva amazónica. En su trayecto, el río une dos montañas sagradas para los incas, Ausangate y Salcantay. Justamente, es en uno de los montes del Salcantay, rodeada por las aguas del Vilcanota, los incas construyeron Machu Picchu.
Pero Machu Picchu a pesar de ser el centro ceremonial más importante de los incas, no es el único templo construido en la zona. El Valle Sagrado comprende el territorio de Pisac, Ollantaytambo, Calca, Yucay y Urubamba, todas ciudadelas que fueron utilizadas al mismo tiempo como templos y fortalezas, con intrincadas construcciones en grandes bloques de piedra, mezcladas con sorprendentes terrazas de cultivo.
Tanta era la experticia de los incas en materia agrícola, que no sólo cultivaron sus alimentos como papas, maíz blanco, frutas, verduras y coca, sino también experimentaron con especies vegetales de todo el mundo, produciendo diferentes plantas para su consumo. En la actualidad, el Valle Sagrado es uno de los mejores terrenos del mundo para la cosecha de paltas, lúcumas, duraznos y maíz.
Además de la impresionante belleza escénica del paisaje en que se enmarca el Valle Sagrado, otra de sus maravillas es la habilidad que tuvieron los incas para la construcción de ciudades que armonizan perfectamente con la naturaleza del entorno. Es por eso que podían ser ciudades con una función defensiva y a la vez, lugares sagrados que invitaban a la oración y reverencia por parte de los pueblos vecinos.
Además de las importantes edificaciones de los centros urbanos dentro del Valle Sagrado, podemos encontrar pequeñas estructuras en los caminos que se conocían como chasquihuasis- es decir- lugares de alojamiento para los chasquis o mensajeros del Imperio Inca, que llevaban la información a todos los rincones del Tahuantinsuyo. También pueden encontrarse casas de peregrinos y las viviendas de las “vírgenes del Sol”, mujeres elegidas para ceremonias religiosas.
Si visitas el Valle Sagrado, podrás sumergirte completamente en la apasionante historia de los incas, conocer su planificación urbana en ciudades que aún mantienen su esencia como Ollantaytambo y Pisac y aprender más de su interesante cultura y cosmovisión. Vale la pena tomarse un tiempo y aventurarse en algunos tours en Valle Sagrado para sentir como el tiempo se detiene en este magnífico valle cordillerano.