De sus más de 8500 metros cuadrados de superficie, el 60% del lago Titicaca corresponde a Perú. Por eso, más allá de las riberas del puerto de Puno, podemos descubrir impresionantes lugares que nos seguirán sorprendiendo en este mágico lago en las alturas.
Uno de los sitios más impresionantes es la Isla de Taquile, Intika, o Isla de los Hijos del Sol. Es la más grande del archipiélago del lago Titicaca y su arte textil es considerado parte del Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco.
Aquí, el tiempo parece haberse detenido ya que las vidas de sus habitantes, sus costumbres, cultura, vestimenta y rutina cotidiana son iguales que las de sus antepasados quechuas. Es por esto que aquí no encontraremos ni automóviles, tecnología o grandes comercios. De hecho, ni siquiera existen hoteles, por lo que los visitantes pueden disfrutar de su estadía directamente en la casa de alguno de los pobladores de esta zona, conociendo aún más de cerca su particular forma de vida.
Todos los productos al interior de la isla de Taquile son autosustentables. En pequeñas tiendas se venden sus tejidos de hilo famosos en todo el mundo, que aquí no sólo son un souvenir sino parte real de la vestimenta habitual de sus habitantes, donde las mujeres usan blusas rojas y los hombres con camisa blanca, además de su gorro característico.
Los pequeños restaurantes que existen ofrecen a los turistas comida fresca y local, con vegetales cultivados en los mismos huertos de la isla y truchas que se pescan en sus orillas. Es el lugar ideal para desconectarse completamente de la civilización y perder la mirada en el horizonte del lago, especialmente desde sus miradores. El arco de despedida, que marca el final de la visita a la isla, se ubica sobre 500 escalones y permite una panorámica incomparable de este maravilloso lugar.
Sin duda, uno de los sitios más espectaculares del Lago Titicaca en su parte peruana son las Islas de los Uros, una serie de islotes flotantes construidos de forma artificial por los uros, que corresponden a un pueblo anterior a la cultura inca, que huyó desde el lago Uro-Uro en Bolivia durante la época de las guerras entre etnias.
Los uros dominaron el arte de la construcción de embarcaciones de totora- especie de junco que crece abundantemente en el lago Titicaca- y posteriormente se especializaron tanto que lograron construir verdaderas islas uniendo las bases de sus barcos, que pueden llegar a ser de hasta 3 metros de espesor.
En cada isla vive un grupo familiar que es dirigida por un jefe. Pero además de esto, hay islas comunitarias donde encontramos una iglesia y cancha de fútbol. El turismo es dirigido por la comunidad Uros-Chulluni, que ofrecen alojamiento en sus mismas casas y conocer todas las actividades que realizan. También se pueden hacer paseos en los barcos de totora por los alrededores del lago.
Las Islas de los Uros se ubican a aproximadamente 6 kilómetros de distancia del puerto de Puno.
La Isla de Amantani es otro de los imperdibles durante tu visita al lado peruano del Lago Titicaca. Sus habitantes pertenecen a la etnia de los aimaras, conservando también las costumbres de sus antepasados. Se localiza a 40 kilómetros de distancia del puerto de Puno, y para llegar a ella, se realizan antes paradas en las Islas de los Uros.
Aquí podrás disfrutar del turismo rural, pernoctando en las viviendas de los pobladores y descubriendo la agricultura y la artesanía que practican en comunidad. Sus trabajos más tradicionales son el tallado en piedra y los tejidos.
En Amantani podemos encontrar dos altos miradores que permiten una observación completa del lago Tititcaca, además de algunos restos arqueológicos prehispánicos como un cementerio y centros ceremoniales que pertenecieron a los incas y la cultura tiahuanaco, como los templos de Pachamama y Pachatata.
Si amas la arqueología y el turismo aventura, no cabe duda que el Lago Titicaca es el destino ideal para ti. No olvides llevar siempre bloqueador solar, ropa de abrigo y mucha hidratación para disfrutar de una inolvidable aventura en las alturas.